12 de mayo de 2016

Desconcertada

A veces una misma olvida lo que se propone y muchas veces olvidamos nuestros propios valores. Pensamos que nuestro príncipe azul tiene que ser acorde con lo que diseñamos en nuestras propias mentes, y después, salimos a la calle, observamos nuestro alrededor y nos damos cuenta que las calles de nuestra ciudad están llenas de parejas inimaginables. Y digo inimaginables, porque no tienen en común ni si quiera la manera de ver la vida. 

Cada uno de nosotros nos ponemos cada noche a pensar en como será nuestra persona especial, que físico tendrá, que hobbies tendrá, cual será su comida  favorita e incluso su manía más destacada. Siempre deseamos lo que se supone que diseñamos. Pero no nos damos cuenta que estamos equivocados. Siempre se ha dicho que cuando menos te lo esperas, ocurrirá. Y lo corroboro.

Un día cualquiera, puede aparecer ese príncipe azul, en vez de moreno, rubio, que te salude cada mañana de trabajo. Aún así, tontas, cada noche se repite la misma historia, seguimos ideando la persona perfecta. Y no me di cuenta, y digo no me di cuenta, porque lo tenia en frente cada día. Esa personita que cada mañana me daba los buenos días, que me traía el café entre horas, que me sacaba una sonrisa entre tarta limón y queso y chocolate negro.

Mirad, no lo se, estar en ese momento de no saber, es imponente. Pero allá va.. no creo en el amor. Sigo pensando que amor solo hay propio. Pero cuando aparece una persona que te complementa, que no se parece en ti en lo más mínimo, bueno me equivoco, su espíritu esta lleno de locura al igual que el mío, pues eso, que la lié, mejor dicho, me la lió.

Enamorarse es muy difícil, querer es más sencillo. Eso fue lo que me dijeron, eso fue lo que pensaba. Hace ya días, o meses, o un año, que me lo crucé por primera vez. Yo no quería llegar a esto, la verdad, porque enamorarse es difícil y mucho, y más de una persona complicada. Sin embargo, ahí estaba esa pequeña pesadilla que luchaba y luchaba por ti, y que una no entendía por qué. ¿Por qué lo hacías? ¿Por qué querías complicarte la vida conmigo? ¿Por qué?

Me costó mucho darme cuenta que cuando alguien quiere, lo consigue y que nada es imposible, y si lo imposible era yo, este rubio se empeño y me consiguió (no se, pero amo su forma de querer).

No se si será el amor de mi vida, porque eso jamás se puede saber, (yo creo) pero que me tiene loca no lo niego. Y que no lo quiero también. Porque lo amo. Tener claro que lo que debe hacer una es conocer, conocer otro mundo, el mundo de la otra persona, es evidente. Y supongo que será así cuando realmente se da una cuenta de la realidad.

Es cierto que he reculado… Lo admito... Pero en esto del amor no se elige, no se puede forzar nada, y sobre todo, no se puede prohibir sentir a los sentimientos.

Amor, solo hay amor propio, y es el único amor que solemos olvidar. Siempre nos cegamos por otra persona siempre lo damos todo por la otra persona pero no nos damos cuenta que nos estamos dejando de querer a nosotros mismos, poco a poco. Por eso digo que yo amar, me amo. Es por lo que escribo, para recordarme que me debo amar a mi misma ante todo, y todos.

Todo es contradictorio, puede ser, pero si una persona apunta directamente al corazón, ¿despacharlo?, olvídense de despacharlo. Aunque, oíd, si hay que luchar, se lucha. Sin embargo, si hay que quererse se hace, no hay más.




“Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón”
Mario Benedetti



La inusual Mapema



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